Angeles Muñoz López-Cepero, presidenta de la Fundación Guadalquivir Futuro
Angeles Muñoz López-Cepero, nacida en Jerez de la Frontera hace 48 años, se instaló en Córdoba hace dos décadas debido al traslado laboral de su marido. Poco tiempo después de establecerse en la capital cordobesa y a la vez que criaba a sus dos hijos decidió que tenía que dedicar parte de su tiempo a algo que sus padres le habían inculcado desde muy pequeña, hacer el bien al prójimo. Primero residió con su familia en Ciudad Jardín, pero luego compraron una casa en el barrio del Guadalquivir, "donde se siente muy a gusto", reconoce. Desde este barrio esta jerezana trata de luchar contra las desigualdades más cercanas, aunque no olvida y lamenta las que existen fuera de España.
--¿Por qué siente esa necesidad de hacer el bien?
--Mi madre ha ayudado siempre a todo el mundo con dinero o alimentos y afortunadamente he salido a ella. Mi padre era policía, albañil, pintor y camarero. Era muy trabajador, con lo cual me he criado sin necesidades. Tuve la suerte de tener bicicleta, moto, mi vestido de gitana. Estaba acostumbrada en Jerez a ver cómo mi madre ayudaba a los demás y pensé que debía seguir su estela. Por eso, al principio de establecerme en Córdoba, me sentía desaprovechada hasta que fundamos una asociación de vecinos.