martes, 22 de octubre de 2013

Perdida de proyectos en la orilla izquierda

¿Debe Córdoba renunciar a sus grandes proyectos o aplazarlos para tiempos mejores?

Ultimamente estamos asistiendo al abandono de determinados proyectos de gran calado para nuestra ciudad, siempre con idéntico argumento, estamos en época de crisis y hay que atender otras prioridades, y en las otras prioridades se recorta de manera importante, y a veces de manera frívola, sin analizar qué pierde y qué gana la ciudad .
Entiendo que no se debe renunciar a los proyectos de ciudad, si estos responden al interés general, y la renuncia a ellos no está sustentada en argumentos consistentes, sino que simplemente son consecuencia de intereses particulares.
Qué duda cabe que no es lo mismo gobernar en época de bonanza que en tiempos de crisis, pero el gobernante tiene que tener la suficiente capacidad para desde la creatividad y la imaginación sacar adelante los proyectos de ciudad que se idearon para cohesionar y vertebrar la misma.
Gobernar es priorizar, y dentro de esa priorización se debe atender a las necesidades básicas de los ciudadanos, como la educación, la sanidad y los servicios sociales, y además dotar a la ciudad de servicios culturales, deportivos, lúdicos, y de infraestructuras que la desarrollen y creen las condiciones precisas para dar calidad de vida a sus ciudadanos.
Hoy día es fácil, y lo estamos viendo, escudándose en la crisis, gobernar no para el ciudadano sino contra el mismo, y dejar en el camino, con esa misma excusa, proyectos que en su día se aprobaron con el consenso, y que venían a vertebrar y cohesionar la ciudad.
Gobernar no es mandar, articular la ciudad, conectar sus barrios, integrar zonas deprimidas es tarea de todos y frente a la crisis hay que tener la creatividad suficiente para que los proyectos puedan salir adelante; no es de recibo, actuar a "salto de mata", o respondiendo a los intereses concretos de un partido, o de un sector económico o social.
Actuando de esta manera, eliminando grandes proyectos que tenía la ciudad, y haciéndolo sin el consenso necesario, sin explicar por qué se cambia, sin dar alternativas, simple y llanamente porque no hay dinero, denota cuanto menos poca imaginación, ya que los proyectos se pueden redefinir, para abaratar sus costes, se pueden ralentizar, buscar fórmulas de financiación, etcétera.
Si renunciamos a los proyectos de ciudad podemos llegar a crear una ciudad carente de coherencia, sostenibilidad y vertebración social, económica, y ambiental.
Y para finalizar indicar que en la zona sur ya hemos perdido algunos proyectos, y ahora también perderemos el Museo de Bellas Artes, y lo que es más importante, la definitiva integración de la orilla izquierda en la ciudad.
Antonio de la Rosa
Presidente del Consejo de Distrito Sur